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Del cortado al cava sin problemas

Cortando cava

Dicen que las cosas que no se planean siempre son las mejores, y sin duda puedo asegurar que ese día rotundamente esta frase se confirmó.

Me hizo despertar de mi letargo en aquel bar, yo sentado tomando un café en un intermedio de trabajo, el perfume que desprendía aquella belleza y el sonido de sus tacones al caminar, al salir me miró y me traspasó con una mirada entre pícara y curiosa. Irracionalmente pensé que no iba a desaprovechar conocer aquel monumento de mujer, me levanté de aquella silla y salí fuera para ver hacia donde se dirigía, su magnetismo era tan potente, que quería seguirla…deseaba conocerla más…pero pensé: dónde vas loco! se va a asustar... y mientras la veía alejarse, fantaseaba con sus increíbles curvas, me encendí un cigarrillo y me dije "uff esa mujer me encanta".

Te gusta, eh!!! jajajaj, me dijo el camarero, a lo que yo le respondí,” y a quien no”… a lo que también él aclaró: “pues cada día sobre esta hora pasa por aquí, ya sabes campeón” .En fin, pagué la cuenta y me piré. Madre mía…ese día iba a dormir con varios dolores en la cama y con muchas fantasías en la cabeza.

Desde luego al día siguiente no me quitaba de la cabeza a esa morenaza de ojos verdes. Era imposible, y mi inconsciente me llevó al mismo bar porque necesitaba volver a verla.

Llegué y me puse estratégicamente fuera, tenía que saludarla por lo menos, ya eran más de las ocho de la tarde y estaba oscuro, hacía algo de frío y llevaba más de media hora esperando y iba perdiendo la esperanza de coincidir nuevamente.

Cuando ya éstas estaba a punto de irme …síi…era ella…pasó y me miró, levanté la mano y le dije: hola!!, ella se sentó y pidió un cortado. Me armé de todo mi encanto masculino y le dije…disculpa tienes un minuto?.

Ella me miró un poco sorprendida, pero se le escapó la sonrisa…(creo que le gusté)… ¿puedo invitarte al cortado?”… a lo que ella me respondió: “Bueno, de acuerdo, y a que se debe esto?...ayer estabas también aquí, no?”…

“En fin, me encantas, sé que resulta tópico pero desde que te vi no he podido parar de pensar en ti…me tienes embrujado”…”Bueno, no veo ningún problema en ser amigos” (me contestó ella sonriendo). Estuvimos un rato hablando y contándonos un poco nuestras vidas.

Del cortado pasamos a las cervezas…yo tenía muchísimas ganas de besar sus carnosos labios rojos mientras me hablaba sobre su país, etc…

Ella me dijo: ¿te gustaría un lugar más discreto que este? “, yo le conteste “los únicos límites que conozco son los que tú me pongas”… y entre cachondeo y risas, ella me confesó que trabajaba eventualmente como escort y tenía sus citas con sus amigos especiales en un local donde alquilaban unas suites maravillosas. De pronto, se abrió ante mí la posibilidad de cumplir mis fantasías con aquella diosa… ¿qué te parece si vamos y me lo enseñas? ¡pues vamos! (me dijo)..."de lujo, me dije yo".

Llegamos a un local bastante discreto, alquilé una suite que se llamaba “Colonial”, que  ciertamente el sitio me pareció elegante, muy cómoda y con buena música, pedimos una botellita de cava y nos pusimos cómodos.

Ella me tenía totalmente embobado con su descaro tan atractivo y una curvas de volverse loco, la cosa pasó a más cuando me fue desnudando mientras bailaba con la música, se desnudaba con la elegancia de una bailarina entrenada en el mismo infierno…era su silueta, era su piel, sus bellos ojos que me paralizaban con su gran sensualidad, su melena larga caía suavemente por su espalda como un delicado velo que dejaba entrever una figura delicada pero pronunciada en sus formas.

Era deliciosa, hasta el punto que creí que no podría aguantar más, sin saltar como un cromañón encima, pero ella me hacía bajar de revoluciones, con sus manos acariciaba mi cuerpo, haciendo surgir nuevos éxtasis, que me desviaban del final que orgánicamente mi cuerpo pedía, seguidamente me despertó de aquel nirvana con una felación suave que terminó siendo una cubana de las buenas, parecía una directora de orquesta , y yo el único músico...¡qué nivel!.

El clímax se hacía inminente, así que la puse en “cuatro”, para mirarnos en todos los espejos y la cabalgué acariciando su melena. Ya me notaba en el límite y cambiamos de pose, acabamos como os podéis imaginar apoteósicamente.

Después estuvimos un ratito en la cama descansando, apuramos las últimas copas de champán y acariciándonos con complicidad y el relax que te da compartir placer. Cuando nos despedimos nos dijimos hasta pronto, muy pronto. Desde luego la experiencia fue de las que te dejan babeando cuando te acuerdas, y yo,¡no pienso pasar hambre!.