Pecho, cadera, culo… ¿más o menos?

En la atracción física de los hombres por las mujeres podríamos decir que mayoritariamente hay dos tipos de preferencias: los que prefieren una buena delantera de pechos exuberantes, o aquellos que prefieren un buen culo, digamos un buen trasero, grandes glúteos, o un buen derriere, (como queramos llamarle).
Aunque por supuesto estamos hablando de una atracción primaria y momentánea y estos atributos para llegar a una atracción más o menos seria han de ir acompañado de otra serie de condiciones, dependiendo de la complejidad de la persona.

¿Adoran las curvas femeninas?
Que los culos y pechos grandes tengan tirón, no es cuestión de modas. No al menos según la ciencia, numerosos estudios han concluido que la preferencia por los pechos, pompis imponentes viene desde nuestras prehistóricas.
La explicación para esta atracción/obsesión es que les estimula el sistema interno de recompensa, encendiendo los centros cerebrales del placer que activan casi de forma autónoma el apetito masculino hacia mujeres de pechos, curvas y culos exuberantes por estar relacionadas ancestralmente con salud y fertilidad.
Estas formas más amplias permitían los embarazos múltiples, una cuestión importante a la hora de procrear en condiciones difíciles, como las que había en la antigüedad.
Las curvas femeninas han sido símbolo de fertilidad y belleza desde la Prehistoria.
Hace 24,000 años se esculpió la Venus de Willendof, exagerando las redondeces en senos y nalgas, los antiguos griegos, crearon la venus de Kallipyigos, con caderas anchas y trasero prominente, en la China de la Dinastía Ming, las nalgas al aire se consideraban eróticas al compararlas con la Luna llena, símbolo de abundancia, armonía y salud.
En occidente, se ven como zonas erógenas asociadas a los órganos reproductores femeninos. Los senos, las caderas anchas y las nalgas abultadas, representan la “desviación” estructural que distingue la figura de la mujer de la del hombre. La función reproductora de la mujer exige esas curvas, y la atracción masculina que suscitan se debe al proceso de selección natural de la especie.

¿Existe una medida cadera/culo perfecta?
Resulta interesante saber que la obsesión por tener, un buen par de glúteos, no es netamente por el tamaño, se trata más de una proporción cintura-caderas aunque a algunos les pone esos culos “poderosos”.
Según las estadísticas la figura “reloj de arena “es la preferida por los hombres, con una medida de cintura del 60% en proporción con las caderas femenina.
Para el hombre moderno la curva trasera perfecta tiene un ángulo exacto de 45, 5 grados. Se trata de un rasgo de la morfología femenina de gran atractivo sexual, por lo que no sólo importa el tamaño sino también la curvatura lumbar.
Al margen de que las mujeres andróginas, con formas aniñadas se hayan convertido en un modelo a imitar, esa parte de la anatomía no deja de ser un objeto de deseo.

El énfasis por las nalgas femeninas como característica sexual aumentó significativamente, según Ray B. Brown, cuando se popularizó el uso de jeans pronunciando las caderas y el culo, especialmente con los bolsillos traseros y las marcas del fabricante estampadas en las nalgas de los pantalones.
La mujer por un lado busca emancipación y por otro se ve sometida a los cánones de la moda, esclava de los dictados de los diseñadores, que buscan modelos altas de talla pequeña y muy delgadas a modo de perchas andantes con algún gesto antisocial, para que sus creaciones no compitan con la naturaleza humana y sean más un pasaporte a un glamour exclusivo, que una prenda que aporte belleza y comodidad a las diversas anatomías de las mujeres.
Jenniffer López, Nicky Minage, o Kim Kardasian, de traseros de talla impactantes, nos demuestra que la belleza es algo que va más allá de la cultura o de las decisiones arbitrarias de la moda, y las irresistibles llamadas prehistóricas no son cantos de sirenas.

¿Por qué les vuelven locos los grandes pechos?
Con el paso del tiempo, el gusto por cierta forma, tamaño y aspecto de los pechos permanece casi intacto en los hombres” los prefieren grandes”. La ropa de mujer los deja cada vez más al descubierto, por lo que se convierten en un “objeto de deseo” relativamente cercano, y una forma placentera de admirarlos, lo cual refuerza la fascinación de los hombres por el canalillo de los senos .

En esta atracción no sólo tiene que ver la carga sexual implícita, sino la evolución y la biología

–Fuente de alimento: Es en los primeros meses de vida donde se establece la conexión entre los pechos y la comida, así como un lazo afectivo con la madre a través de la lactancia.

–Satisfacción: Una madre transmite a su hijo hormonas que son segregadas en la leche durante la lactancia, que están relacionadas con los sentimientos de recompensa y satisfacción, por lo cual, el contacto y succión de los senos se convierte en una acción que proporciona placer y tranquilidad.

– Fertilidad: las teorías evolutivas de Darwin, refieren que durante la época primitiva, los senos son un símbolo de fertilidad de manera proporcional con su tamaño y forma, percepción similar con referencia al tamaño de las caderas de la mujer.

–Química cerebral & Estimulación sexual: Debido a que los seres humanos son los únicos mamíferos que le otorgan un valor sexual a los pechos, su estimulación es muy importante durante la preparación para el acto sexual o reproductivo.

Roy Levin, de la Universidad de Sheffield, y Cindy Meston, de la Universidad de Texas, determinan en sus investigaciones que la respuesta sexual femenina pueda incrementarse hasta un 82% con una adecuada estimulación de los senos, al combinarse la liberación de oxitocina y de dopamina durante esta estimulación, ayuda a construir un enlace afectivo entre hombre y mujer a través de los juegos preliminares.